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Columna de Opinión | La investigación: una pieza clave en el engranaje de la Facultad de Ingeniería

 

 

 

Opinión | En el mundo actual, caracterizado por la rapidez de los cambios tecnológicos y las crecientes demandas sociales, la universidad ocupa un lugar fundamental en la construcción de sociedades más equitativas, sostenibles y competitivas. La Facultad de Ingeniería, en este contexto, tiene la responsabilidad de aportar a través de múltiples dimensiones: la formación de profesionales altamente capacitados, la vinculación con el medio productivo, la innovación tecnológica y, por supuesto, la investigación. Ninguno de estos ámbitos es aislado; todos se complementan y fortalecen mutuamente, constituyendo los cimientos de una facultad moderna y comprometida con su entorno.

La investigación, en particular, constituye una pieza clave de este engranaje. No es el único pilar ni pretende serlo, pero cumple un rol estratégico al permitir que el conocimiento generado en las aulas y laboratorios se traduzca en respuestas concretas a los desafíos de la industria y la sociedad. Como académica del Departamento de Ingeniería en Minas y secretaria de Investigación y Transferencia Tecnológica de la Facultad, he podido constatar que la labor investigativa no solo complementa la formación profesional de nuestros estudiantes, sino que también abre oportunidades de crecimiento institucional y regional. La investigación es, en definitiva, un puente entre el conocimiento teórico y la práctica, capaz de generar soluciones reales y medibles.

En el ámbito formativo, la investigación fortalece la docencia universitaria. Hoy, la enseñanza de la ingeniería requiere más que transmitir conocimientos técnicos: exige desarrollar en los estudiantes habilidades para formular preguntas, diseñar experimentos, analizar datos y evaluar críticamente los resultados. Al integrar la investigación en la formación, nuestros estudiantes adquieren una visión más amplia y aprenden a enfrentar problemas desde la creatividad, la innovación y el rigor metodológico. Esto se traduce en un perfil profesional más sólido y diferenciado en un mercado laboral altamente competitivo.

Asimismo, el trabajo investigativo aporta a la proyección institucional. Cuando una facultad investiga, publica y transfiere conocimiento, gana visibilidad en el ámbito nacional e internacional. Esto contribuye a consolidar su prestigio académico y a abrir redes de colaboración con otras universidades, centros de investigación y empresas. Cada publicación científica, cada participación en congresos o cada patente registrada es, en esencia, una carta de presentación que demuestra la capacidad de nuestra facultad para insertarse en la conversación global sobre temas estratégicos para el país.

Pero la investigación no se queda en el plano de la publicación académica. Un aspecto central es la capacidad de transformar ideas en proyectos que generen impacto directo en la sociedad. Estos proyectos no solo aportan recursos financieros para el desarrollo institucional, sino que también fomentan el trabajo interdisciplinario, permiten la incorporación de estudiantes en la investigación aplicada y generan vínculos con actores clave del sector productivo y del Estado. La transferencia tecnológica, entendida como el proceso que convierte los resultados de la investigación en innovaciones, prototipos, patentes o mejoras de procesos, es una expresión concreta de cómo el trabajo académico puede convertirse en desarrollo regional y nacional.

En este sentido, la investigación se complementa con otra dimensión fundamental: la vinculación con el entorno. En nuestra Facultad de Ingeniería entendemos que investigar no es un fin en sí mismo, sino un medio para contribuir a la resolución de problemas reales. Por eso, concebimos la investigación como parte de un proceso integral, donde la academia se articula con la industria, el Estado y la sociedad civil. Así, los resultados dejan de ser solo datos o publicaciones y se convierten en herramientas para abordar desafíos tan diversos como la minería responsable, la gestión de recursos hídricos, la eficiencia energética o la sostenibilidad ambiental.

Cada avance en conocimiento, cada innovación tecnológica y cada solución propuesta tiene el potencial de mejorar la vida de las personas, reducir brechas sociales y promover un desarrollo más equitativo. Esta es, en esencia, la trascendencia de la investigación universitaria cuando se concibe en diálogo con la docencia, la extensión y la transferencia tecnológica. No buscamos que sea el centro exclusivo de nuestra labor, sino un engranaje que, junto a los otros, hace posible que la facultad cumpla con su misión formadora y social.

La investigación en la Facultad de Ingeniería representa entonces un compromiso con la excelencia académica y con el desarrollo sostenible. Su impacto se proyecta más allá de los laboratorios y las publicaciones, alcanzando a estudiantes, académicos, empresas y comunidades. Desde mi experiencia como académica y como secretaria de Investigación y Transferencia Tecnológica, estoy convencida de que el camino hacia una facultad más sólida, pertinente y reconocida pasa por mantener un equilibrio entre todas sus dimensiones, donde la docencia, la vinculación y la investigación se potencien de manera recíproca. Solo así podremos contribuir de manera efectiva al desarrollo de nuestra región y de nuestro país, demostrando que la ingeniería no solo construye infraestructuras, sino también conocimiento, innovación y futuro.

 

Dra. Nilza Rivera Bonilla
Secretaria de Investigación y Transferencia Tecnológica Facultad de Ingeniería Universidad de Antofagasta